Hice una escapada a Frankfurt los primeros días de Abril. El Palmengarten era un visita obligada. Es un magnifico jardín dedicado a planta tropical y subtropical.
Desafortunadamente la casa de las palmeras estaba en restauración y no se podía visitar.
El jardín de las palmeras debe su existencia al duque Adolph von Nassau. El duque poseía en su casa de Wiesbaden una magnifica colección de plantas exóticas. En 1868 puso la colección a la venta.
El arquitecto de jardines Heinrich Siesmayer vió la posibilidad de crear un jardín para plantas tropicales en Frankfurt. Los ciudadanos de esta ciudad compraron la colección y edificaron en un terreno de la ciudad una gran casa donde reunirse y también la casa de las palmeras.
La casa de las palmeras es un pabellón enorme realizado en hierro y cristal.
Fué remodelada en 1929 y es la construcción más antigua del jardín que serviría de modelo para otros palacios acristalados.
Este jardín fué inaugurado en Marzo de 1871.
Todas las plantas tropicales estaban en grandes invernaderos acristalados. Organizados por temas y enlazados unos con otros.
Por fuera el jardín despertaba del letargo del invierno. Todo Frankfurt era una fiesta de Magnolios en flor. El jardín de las palmeras continuaba el festejo de las calles de la ciudad.
Prunus y otros muchos árboles también estaban en flor. Y en el suelo los narcisos amarilleaban sobre el verde.
En realidad el jardín es temático. Quiero decir que se organiza en torno a grandes temas. Por ejemplo este es el paseo de los rododendros. Una pena no haber llegado 15 días después porque hubiera sido una explosión de color.
Aunque la colección de palmeras, más de 300 especies de todos los continentes da prestigio al palmengarten, todo el jardín es una delicia.
Existe una rosaleda de rosales clasicos y olorosos a los que les faltaba algo más de un mes para lucir sus flores. Y a mi tiempo para fotografiarlo todo. En el mes de Junio se celebra la fiesta de las rosas desde 1931. Se realiza una gran exposición. Y como broche final se encienden miles de velas por todo el jardín finalizando con un castillo de fuegos artificiales.
También una inmensa rocalla en lo más alto del jardín, que apenas pude ver por las prisas y que además no estaba en su mejor momento, pues las plantas comenzaban a retoñar después de la invernada.
No sólo había narcisos, también tulipanes y otras bulbosas, y muy cerca del paseo de los rododendros un jardín lleno de ellas.
Pequeños pabellones mostraban a través de un gran ventanal el escaparate de las plantas en flor correspondientes al momento.
Y bordeando el lago el paseo estaba lleno de trinos y del romanticismo de la época en la que se creó este jardín.
Tal vez me esté saltando lo más importante del parque, sus árboles. Muchos con más de 100 años, pero yo me siento incapaz de memorizar los nombres de todos los árboles que vi. Este paseo por el exterior del palmengarten finaliza aquí.
Dentro de unos días os mostraré un poquito de todo los que en grandes edificios acristalados vi.
Continuará.........
Gracias por hacernos pasar por el Palmengarten, siempre es gratificante pasear virtualemte contigo.
Gracias Lourdes.